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Potaje de garbanzos vegano con setas

Potaje de garbanzos vegano con setas o callos veganos, un guisote de legumbres sin grasas y muy fácil de hacer que no te dejará tumbado después de comer.
Tiempo total 1 h 35 min
Raciones 4 personas

Ingredientes
  

  • Patata 500 g
  • Garbanzos 200 g
  • Setas shiitake 150 g
  • Col kale 50 g
  • Laurel 2 hojas
  • Pastilla de caldo de verduras 1 (¡o caldo de verduras!)
  • Diente de ajo 1
  • Cebolla 1/2
  • Tomate 1/2
  • Comino 1 cucharada
  • Pimentón dulce 1 cucharada
  • Cúrcuma 1 cucharadita
  • Canela 1 cucharadita
  • Tomate concentrado 1 cucharadita
  • Salsa de carne de pimiento choricero 1 cucharadita
  • Aceite de oliva una cucharadita
  • Sal al gusto
  • Popurrí de pimientas al gusto
  • Agua

Elaboración paso a paso
 

  • Comenzamos poniendo los garbanzos a remojo de víspera. Nosotros lo hemos dejado 12 horas.
  • Seguidamente, pelamos y picamos las cebollas en brunoise. Lavamos, pelamos y chascamos las patatas. Limpiamos bien las setas shiitake con un trapo húmedo y las cortamos en tiras. Pelamos y picamos el diente de ajo. Por último, pelamos y troceamos el tomate.
  • En una olla o cazuela grande, agregamos todos los ingredientes. Sin sofrito, ni pochado ni nada: receta superfácil. Como dicen en inglés: one pot recipe, un “tó p’adentro” que diríamos aquí. Vertemos la cebolla, la patata, las setas shitake, los garbanzos, la col kale, el diente de ajo y el tomate troceado.
  • A continuación, sazonamos bien. Incorporamos el comino, la cúrcuma, el pimentón, la canela, el popurrí de pimientas, las hojas de laurel, la sal, el tomate concentrado, la carne de pimiento choricero, una pastilla de caldo y el chorrito de aceite de oliva virgen extra. Si disponéis de caldo de verduras casero o ya preparado, muchísimo mejor. En lugar de agua, vertéis el caldo y os olvidáis de la pastilla.
  • Si no tenemos el caldo, cubrimos bien con agua y removemos. Lo dejamos a fuego alto hasta que rompa a hervir y luego aproximadamente hora y media más a fuego medio. Recordad que los tiempos son orientativos, ya que dependen del tipo de cocina que utilicéis, así como el tipo de garbanzo, las horas que ha estado en remojo y la dureza del agua empleada para el remojo y la cocción.
  • Una vez haya pasado este tiempo, nos aseguramos que los garbanzos estén tiernos. La salsa debe haber reducido bastante hasta formar una consistencia cremosa. Si queréis que el caldo quede todavía menos líquido y que los garbanzos no se os terminen desintegrando al calor, podéis separar medio vaso de caldo en un vaso, disolver ahí una cucharadita de fécula de maíz y añadir esa mezcla de nuevo a la olla para que espese el caldo.

Notas

su sabor tan característico. No solo se pueden emplear de mil maneras distintas, sino que también contienen innumerables beneficios para la salud cardiovascular. Desde el punto de vista nutricional, llaman mucho la atención por su alta cantidad de fibra.
Casi todos los hábitos alimenticios saludables recomiendan comer legumbres al menos dos veces por semana. Muchas veces, o al menos a mí me pasa, se asocia un potaje de garbanzos a algo bastante pesado. Ese plato de cuchara como antesala a una siesta de 3 horas. Esta receta, al no llevar sofritos ni grasas saturadas te permite hacer vida más allá de la comida. ¡Milagro!
Fijaos bien en los colores del guiso, en la vida que cobra el propio plato, en lo alucinante que es que no lleve ninguna grasa animal. Si quieres moderar tu peso o vigilar el consumo de carne durante un tiempo o si eres vegano o vegetariano por filosofía o hábito doméstico, este guiso es indispensable en el repertorio de platos de cuchara. Etiquétanos en Instagram y transmite los secretos de tus potajes y guisotes veganos: ¿cómo los cocinas tú y qué variedades nos recomiendas?