El cloruro se encuentra en la sal de cocina o en la sal de mar como cloruro de sodio. También se encuentra en muchas verduras. Los alimentos con mayores cantidades de cloruro incluyen las algas marinas, el centeno, los tomates, la lechuga, el apio y las aceitunas.
¿Qué pasa si hay deficiencia de cloro en el cuerpo?
Síntomas en caso de deficiencia de cloro – La falta de cloro puede causar una disminución en la producción de ácido clorhídrico en la pared gástrica. De esta manera, se perturba la descomposición de las grasas y de las proteínas. El déficit de cloro también puede ocasionar debilidad muscular.
¿Qué sube el cloro?
Un nivel alto de cloruro puede indicar: Deshidratación. Enfermedad de los riñones. Acidosis metabólica, exceso de ácido en la sangre.
¿Cómo subir los niveles de cloro en sangre?
Hipercloremia – La hipercloremia ocurre cuando la concentración plasmática de cloruro se eleva por encima de 105 a 115 mmol / L. Los mecanismos que conducen a la hipercloremia incluyen pérdida excesiva de líquido hipotónico o sin electrolitos y administración desproporcionada de cloruro (Ej., administración excesiva de solución salina intravenosa).
La hipercloremia es distinta de la acidosis metabólica hiperclorémica en la que el cloro sérico elevado se acompaña de una disminución de la concentración de bicarbonato sérico y una disminución del pH sanguíneo. Hipocloremia La absorción intestinal de cloro puede verse afectada en la IC a través de la congestión de la circulación esplácnica y el subsiguiente edema de la pared intestinal y disfunción de la barrera, llevando a hipocloremia.
La hipocloremia conduce a una disminución del suministro de cloro a la mácula densa en las nefronas, lo que resulta en un aumento en la secreción de renina del aparato yuxtaglomerular causado por la retroalimentación tubuloglomerular en el riñón. Esta retroalimentación fisiológica y sensible a la sal depende del cloro y no del sodio.
- La alcalosis por depleción de cloro es un predictor independiente de mortalidad hospitalaria en pacientes con IC descompensada.
- La depleción de electrolitos se produce principalmente como resultado de la restricción de sal y la terapia con diuréticos de asa y tiazídicos, y la alcalosis metabólica a menudo se ve como consecuencia del uso de diuréticos.
¿Qué efecto tiene la terapia de la IC sobre el nivel de cloro? La restricción de sal. Recientemente la atención se ha centrado en los posibles efectos perjudiciales de la restricción de sal, lo que podría llevar a una mayor activación neurohormonal y a progresión de la IC, causados por hipocloremia y/o hiponatremia.
El impacto clínico real de la restricción de sal aún no se ha establecido en esta población de pacientes (estamos a la espera de los resultados del ensayo en curso SODIUM-HF) Los diuréticos. Los diuréticos inducen pérdida renal de sodio y cloro. La inhibición del cotransportador de Na-K-2Cl da como resultado una menor reabsorción de electrolitos, lo que conduce a depleción del volumen extravascular y activación neurohormonal.
Esta última conduce a reabsorción de agua libre y empeoramiento de la hipocloremia. Dado que el cotransportador Na-K-2Cl se encuentra en la rama ascendente gruesa del asa de Henle, más adelante, la nefrona todavía tiene la posibilidad de reabsorber sodio, lo que previene la hiponatremia en el tratamiento con diuréticos; pero más distalmente, la posibilidad de reabsorber cloro es mínima, por lo que se observa hipocloremia.
- Las tiazidas pueden causar hiponatremia e hipocloremia al inhibir el cotransportador de Na-Cl en el túbulo contorneado distal.
- La acetazolamida aumenta los niveles de cloro sérico y disminuye el HCO 3, independientemente del sodio, mediante la inhibición de la anhidrasa carbónica intracelular y luminal, en el túbulo proximal.
Cloro y resistencia diurética. Una familia de quinasas sensibles al cloro conocidas como WNK tienen un papel vital en la regulación de los sistemas Na-K-2Cl y Na-Cl, en los que actúan los diuréticos de asa y tiazídicos. La hipocloremia activa estos transportadores para reabsorber cloro, a diferencia de los diuréticos de asa y tiazídicos que los inhiben.
Estos efectos opuestos relacionan la hipocloremia con la resistencia a los diuréticos. Aumentar la dosis del diurético, cambiarlo o alternativamente, suplementar el cloro, son algunas de las medidas sugeridas para superar la resistencia a los diuréticos. Fenotipos de dilución y depleción en hipocloremia En pacientes con IC se han observado 2 fenotipos de hipocloremia, uno de dilución y otro de depleción.
Fenotipo de dilución: en pacientes con hipocloremia e hiponatremia, la resorción tubular limitada de cloro, la mayor secreción de arginina-vasopresina y la sobreestimulación del receptor de vasopresina 2, da como resultado una mayor retención renal de agua.
- Aumentar la dosis de diurético de asa puede ser apropiado para tratar este tipo de pacientes con congestión severa y hemodilución, pero puede empeorar la hipocloremia.
- Este grupo de pacientes puede tratarse con restricción de líquidos y suplementos de electrolitos, así como con antagonistas de los receptores de mineralocorticoides que pueden contrarrestar la pérdida de potasio.
Fenotipo de depleción: son los pacientes con hipocloremia y niveles normales de sodio, que pueden ser causados por depleción de cloro como consecuencia de la terapia con diuréticos. A menudo se presenta alcalosis metabólica, que puede tratarse con reposición agresiva de potasio y cloro.
Terapias actuales para la hipocloremia Los inhibidores del cotransportador 2 de glucosa y sodio parecen mantener o aumentar los niveles séricos de cloruro, sin ningún cambio en los niveles séricos de Na y K, pero con una disminución en las concentraciones de HCO 3, Los antagonistas del receptor de vasopresina 2 («vaptanos») aumentan la depuración de agua libre al antagonizar los receptores de vasopresina 2 y dan como resultado una mejora de la hiponatremia y presumiblemente niveles bajos de cloro sérico.
La solución salina hipertónica puede ser una posible opción de tratamiento en la IC aguda descompensada, ya que ha demostrado que mejora las anomalías del cloro sérico. La suplementación con cloruro de lisina aumenta directamente los niveles de cloro en aproximadamente 2,2 a 2,3 mmol / L, pero su impacto farmacológico a largo plazo aún no se ha investigado por completo.
¿Cómo afecta el cloro al riñón?
Salud recuerda los riesgos que conlleva el consumo de dióxido de cloro – Ministerio de Salud En el último tiempo se popularizó el consumo de dióxido de cloro como terapia alternativa para tratar el Coronavirus. Hay que señalar que se trata de un químico altamente peligroso para la salud humana, que causa insuficiencia renal, alteraciones cardiológicas, hepáticas y daña el tracto intestinal.
Las sociedades científicas de todo el mundo aún trabajan en el desarrollo de tratamientos y vacunas para el Coronavirus, entre tanto, en los últimos meses cobró fuerza el consumo de dióxido de cloro para, supuestamente, prevenir o tratar la enfermedad. Este comportamiento no sólo se basa en creencias que no tienen ninguna evidencia científica que apoye la seguridad o eficacia de esta sustancia química, sino que constituyen un riesgo real para la salud de quienes lo toman.
La responsable del Centro de Información, Asesoramiento y Asistencia Toxicológica de Entre Ríos (Ciaater), Analía Corujo, explicó: «El dióxido de cloro no se puede transportar porque es un gas muy reactivo, se tiene que producir in situ, por eso el kit que se promociona tiene dos componentes: por un lado el clorito de sodio y por el otro un ácido».
Y agregó: «Cuando el dióxido de cloro se forma en el organismo al mezclar estos dos componentes, es cáustico, es un poderoso oxidante que va destruyendo células, por eso alertamos sobre la peligrosidad de su consumo». En cuanto a los efectos nocivos, Corujo indicó que el uso prolongado de dióxido de cloro provoca lesiones corrosivas en todo el tracto gastrointestinal, pudiendo provocar también insuficiencia renal, arritmias cardiológicas y alteración de las enzimas hepáticas.
Uno de los fundamentos que esgrimen los defensores de su consumo es que, supuestamente, oxigena la sangre. Este argumento también fue rebatido por la especialista: «No sólo no oxigena la sangre en absoluto, sino que impide que se oxigene y rompe glóbulos rojos; si uno observa la fórmula química de las reacciones entre el clorito de sodio, el ácido clorhídrico y sus interacciones, en ningún momento libera oxígeno».
De hecho oxida y destruye componentes celulares como el hierro de la hemoglobina (que es la proteína de los glóbulos rojos que transporta el oxígeno a los tejidos), haciendo que la hemoglobina sea absolutamente ineficaz para transportar oxígeno. Además de nocivo, es ilegal Como se indicó, hay que preparar el dióxido de cloro en el momento en que se lo va a utilizar, y tiene usos muy específicos: se lo emplea para potabilizar el agua; se lo utiliza en la industria del papel para tratar la pasta de celulosa, y también tiene aplicaciones en otros procesos industriales; pero no tiene uso médico bajo ningún concepto.De hecho, rige la disposición 11213/17 de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), por la cual se prohibió su uso, distribución y comercialización como medicamento.
Al respecto, Corujo recordó que para que un producto sea aprobado y se lo pueda ofrecer al público como medicamento, antes debe superar muchas fases en el proceso de investigación. Además de tener que probar la eficacia del producto para el tratamiento, otro aspecto fundamental es que debe demostrarse que sea seguro para las personas, y el dióxido de cloro no cumple con ninguna de estas condiciones: por un lado no hay registro, no hay evidencia científica de que produzca algún beneficio; y por el otro está demostrada fehacientemente su toxicidad y el daño que provoca en las células.
- Cómo deben proceder quienes hayan comenzado a consumirlo La persona que ha comenzado a consumirlo, debe abandonarlo de inmediato; si no ha tenido efectos adversos, con dejarlo sería suficiente sin necesidad de consultar a un médico.
- Ahora bien, cuando las lesiones son corrosivas en el aparato digestivo, pueden llegar a desencadenar complicaciones más graves con el tiempo.
«Que una persona no tenga una intoxicación aguda no descarta que tenga efectos crónicos o a largo plazo», señaló Corujo. Por eso recomendó a quienes hayan tomado dióxido de cloro que, ante cualquier duda o malestar, consulten a un médico, «para que lo evalúe, que le pueda indicar algunos análisis complementarios de acuerdo a qué se ha visto afectado, y que determine qué tratamiento se le da en base los resultados obtenidos», completó la especialista.
Por último, cabe recordar que desde el surgimiento de esta nueva enfermedad a finales del año pasado a la fecha la ciencia ha avanzado: cada día se conoce mejor el virus, se mejoran los tratamientos y se dan pasos certeros en los diferentes procesos de desarrollo de vacunas. No obstante, aún no se ha encontrado un tratamiento probadamente eficaz, y todavía falta para arribar al desarrollo de una vacuna efectiva, segura y que esté en condiciones de llegar a toda la población.
Alimentos ricos en sodio
Mientras tanto, hay que saber que no existen curas milagrosas, y que es necesario renovar el compromiso personal de sostener diariamente las medidas de cuidado: higiene de manos, limpieza de superficies de contacto, mantener la distancia social y el uso tapabocas o barbijos.
¿Quién regula el cloro en el cuerpo humano?
En su regulación intervienen el sistema nervioso central, específica- mente el hipotálamo (sed), como también a nivel periférico, las células en los diversos tejidos y muy especialmente los riñones, que son los encargados de regular su excreción.
¿Qué tan malo es el cloro?
La exposición al cloro puede irritar la piel, los ojos, la nariz y las membranas mucosas. Si se ingiere o se inhala, un producto a base de cloro es tóxico y puede crear una emergencia médica. Sin embargo, el cloro es seguro cuando se maneja adecuadamente.
¿Cuánto cloro se debe consumir al día?
Cantidades recomendadas – Dado que el cloro es muy abundante en la dieta diaria, no es realmente necesario preocuparse por obtener un cantidad mínima. No obstante, la cantidad diaria recomendada generalmente para este elemento es de es de 750 mg/día. Los bebés deben necesitan entre 500 mg a 1 gramo de cloro de cada día.
La mayor parte del cloro en nuestra dieta proviene del cloruro de sodio o sal de mesa, que se encuentra prácticamente en todos los alimentos, principalmente porque se añade al cocinar, aunque también lo está de forma natural. Algunos alimentos contienen niveles mucho más altos que otros. Los alimentos como las patatas fritas de bolsa, gallas saladas, salsas a base de tomate, embutidos y carnes curadas, carne y pescado en conserva, las aceitunas, patés, el hígado, verduras en conserva, aperitivos salados, e incluso la mantequilla de cacahuete contienen cantidades apreciables de cloro.
En general, el cloro es especialmente abundante en los alimentos procesados debido a los altos niveles de conservantes necesarios para mantenerlos frescos.
¿Qué pasa si me tomo una cucharada de cloro?
La ingestión de hipoclorito de sodio puede llevar a una intoxicación. De la misma manera, la inhalación de los vapores de esta sustancia puede causar intoxicación, especialmente si el producto se mezcla con amoníaco.
¿Cuándo se hierve el agua se elimina el cloro?
¿Algunos consejos para eliminar fácilmente el cloro del agua del grifo? – Si bien el agua con cloro del grifo no representa un riesgo inmediato para la salud, sí puede tener a veces un olor o un gusto « a lejía » poco agradable cuando se consume. Tanto por razones de olor, gusto o salud aquí tienes unos cuantos consejos para eliminar el cloro del agua del grifo.
Dejar el agua en reposo : el cloro es una substancia que se evapora rápidamente. Cuanto más se deja reposar, más disminuye su concentración de cloro. Por lo que se puede llenar una garrafa de agua por la mañana y dejarla en reposo al aire libre o en la nevera y consumirla a lo largo del día. Hay que tener precaución ya que es recomendable beber esta agua dentro de un plazo de 24 horas para evitar cualquier tipo de contaminación. Poner agua a hervir: El hervido permitirá reducir la concentración de cloro en el agua, el cloro se evaporará con el calor. También permite destruir bacterias y microbios. Por ello es una buena alternativa al agua envasada para lactantes y personas con un estado delicado de salud. Invertir en una jarra filtrante: Sistema más caro y menos ecológico que permite eliminar el cloro del agua. Sobre todo es necesario acordarse de cambiar los filtros regularmente para que no se transformen en un nido de microbios y otras partículas contaminantes. Invertir en un dispensador de agua : Solución ideal para empresas, una fuente de agua con filtro de carbón activo permite filtrar el cloro y mejorar el gusto del agua sin tener que recurrir a un sistema de garrafas de agua, más caro y más incómodo.
Para más información sobre la concentración de cloro en el agua de tu grifo, puedes contactar con la Consejería de de Sanidad de su Comunidad Autónoma, con la empresa de aguas que gestiona el suministro de agua en tu municipio, con el propio municipio, o bien a través del acceso al ciudadano en el Sistema de Información Nacional de Aguas de Consumo – SINAC,
¿Qué pasa con el cloro y la orina?
La combinación entre el cloro y la orina genera un gas que aumenta el riesgo de enfermedades respiratorias.
¿Qué pasa si se consume agua con cloro?
Si este se encuentra en exceso, el cloro puede resultar tóxico para el consumo. Además, por ser una substancia tan activa, un exceso de cloro puede reaccionar con distintos compuestos orgánicos, por lo que aumenta el riesgo de que se produzcan trihalometanos, que son compuestos carcinógenos para el humano.
¿Quién regula el cloro en el cuerpo humano?
En su regulación intervienen el sistema nervioso central, específica- mente el hipotálamo (sed), como también a nivel periférico, las células en los diversos tejidos y muy especialmente los riñones, que son los encargados de regular su excreción.